domingo, 27 de junio de 2010

Alemania impactó 4-1 a Inglaterra

Al fin el Mundial tuvo un partido con todos los condimentos. Con goles, con polémicas, con actuaciones sobresalientes. El clásico europeo no decepcionó. Todo lo contrario. Y si bien este encuentro estuvo marcado por el gol que el árbitro no le convalidó a Frank Lampard cuando Inglaterra perdía 2-1, también es una realidad que hasta antes de esa acción los alemanes ya habían mostrado su superioridad.

Es que si bien Alemania tuvo adelante dos tanques (Klose y Podolski), también contó con un mediocampo ofensivo. Tanto que, por momentos, Ozil y Müller, se disfrazaron de delanteros y llegaron. Pisaron el área. Y Schwensteiger se sumó al ataque y aportó con remates de media distancia. Todo ante una Inglaterra muy pasiva.

Sin embargo, la apertura del marcador no llegó por una acción colectiva. Nada que ver. Se produjo luego de un saque de arco de Neuer que la defensa inglesa dejó picar. Klose le ganó la posición a Upson y definió ante la salida de James. Luego, a los 32, otra gran jugada colectiva que arrancó en la derecha y terminó en la otra banda. Podolski le puso el moño con un remate cruzado. ¿Partido liquidado? Ni ahí.

Porque, herido, Inglaterra fue por el descuento. Lo encontró rápidamente, a los 37, con un cabezazo del defensor Upson ante una salida en falso del arquero Neuer. Sesenta segundos más tarde, la gran polémica del partido, Del Mundial. Lampard le pegó por arriba de Neuer desde el borde del área. La pelota pegó en el travesaño y entró. Por lo menos medio metro. Fue gol para todos. Menos para el juez de línea uruguayo que, insólitamente, no lo vio. El árbitro Larrionda dejó seguir. Cualquier parecido con la jugada que definió la final de la Copa del Mundo 1966, es pura coincidencia.

Inglaterra asimiló bien el golpe. Puso contra las cuerdas al equipo de Low. Lampard, nuevamente, le apuntó al travesaño desde 30 metros. Había olor a empate. Pero un veloz contragolpe alemán a los 21 minutos desmoronó el castillo de ilusiones que estaba construyendo Inglaterra. Fulminante arranque de Schweinsteiger y asistencia para Müller para el 3-1. Y tres minutos más tarde, el golpe letal. Otra contra. Esta vez la armó Ozil por la izquierda y Müller la tocó debajo del arco.

El cuarto gol le puso fin al encuentro. A los 26, el técnico Low reemplazó a Müller y a Klose. A cuidarlos para el próximo enfrentamiento. Más tarde sacó a Ozil. Al partido le sobraron 20 minutos. Mínimo. Porque Inglaterra ya no tuvo fuerzas para reaccionar. Y porque cada avance de Alemania era medio gol.

Histórico triunfo alemán, que se mete entre los ocho mejores. Que le metió cuatro a Inglaterra, demostró que la potencia ofensiva es una de sus cartas ganadores y se vistió de candidato en serio. En Inglaterra se hablará por siempre del gol que no le cobraron a Lampard. Y muy poco de la pobre actuación que ofreció su equipo a lo largo de la Copa del Mundo.

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