sábado, 3 de julio de 2010

Messi se va sin brillo del Mundial


Lionel Messi no vistió ayer su capa de Superman. Volvió a ser esa sombra de jugador que se vio en la fase de clasificación para el Mundial a finales del año pasado, cuando tal era su desilusión que sopesó incluso si renunciar a la selección argentina. A Messi se le exigió ejercer de todoterreno y más ayer en una Argentina sin centro del campo: de defensor, de centrocampista creativo (como su compañero Xavi en el Barcelona) y de goleador también. Pero acabó en una especie de tierra de nadie, ni una cosa, ni la otra ni la otra, asfixiado por un astuto equipo alemán y sin el apoyo necesario de sus compañeros.
Acabó en tierra de nadie, asfixiado, cabizbajo, sin su habitual electricidad
.Muy lejos de la portería, ayer sumó más centros (siete) que remates (dos)
.Esos a los que, en una entrevista concedida al diario Olé hace poco más de una semana, dio las gracias. "Ahora me siento parte del equipo, ahora estoy feliz", declaró. Lo mismo comentó Maradona: "Me da una alegría enorme cuando le veo charlar de fútbol con Verón. Se cree que no lo veo, pero sí, y es una señal de que se ha integrado". Ayer, después del cuarto gol de Alemania, Messi deambulaba con la mirada perdida. Incrédulo, sin energías.
Dijo Maradona que lloró en el vestuario al final del partido. Lo que no se sabe es si fueron lágrimas de dolor o de frustración. Viendo jugar a Messi ayer, irritado, cabizbajo y sin la electricidad que le caracteriza, dio la impresión de que debía estar añorando a sus compañeros del Barcelona, reunidos tantos de ellos en la selección española justamente en el otro extremo de Sudáfrica, en Johanesburgo.
Tardó 15 minutos en tocar el balón Messi, salvo un detalle a balón parado, y aunque tuvo sus destellos, dos o tres regates que acabaron en poco, y un par de disparos desacertados a gol, la impresión era la de un jugador que se desesperaba ante la inhabilidad de sus compañeros, incapaces de darle el balón en las pocas ocasiones en que los alemanes le habían dejado un poco de espacio. Sus compañeros en el Barça suelen hacer buenas elecciones; sus compañeros en la selección, no.
Igual que Wayne Rooney, estrella del Manchester United y protagonista en la Premier, Messi se marcha a casa sin marcar ni un gol en el Mundial, en el que todos esperaban que fuera su Mundial. Si el delantero inglés ha pagado la falta de personalidad de su selección y el cansancio, el argentino nunca, hasta ayer, dio la sensación de impotencia. Otro de los grandes esperados, el portugués Cristiano Ronaldo, se marchó con un tanto, pero su huella también fue decepcionante.
Messi ha disputado todos los partidos, ha rematado más que nadie (30, 12 de ellos a puerta y dos al palo), pero no ha tenido suerte. Su porcentaje de acierto a portería es del 40%; su porcentaje de acierto a gol, 0%. Contra Alemania tuvo 12 pérdidas del balón, ninguna recuperación y estuvo demasiado apartado de los tres palos. El seleccionador le ha alejado tanto que ayer sumó más centros (siete) que remates a puerta (dos). Imposible así ponerse la corona, tal y como le había deseado Maradona.
Muchos esperaban que Messi fuese la figura determinante del partido, pero el honor de mejor jugador, según la FIFA, fue para Schweinsteiger.
Joachim Löw, el joven seleccionador de Alemania, dijo después del partido que había estado "fabuloso" y que la táctica utilizada por su equipo para neutralizar a Messi, centrada precisamente en la figura de Schweinsteiger, funcionó a la perfección. Schweinsteiger lo celebró con cerveza. Messi se marchó hundido al vestuario.

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